jueves, 23 de diciembre de 2010

veintitrés


Algunas veces se salta sin mirar
se salta solo para sentir el aire mientras
bajamos
a mucha velocidad, que nos deja casi mudos
(y por lo general me llena los pulmones de algo extraño)
no se piensa en la superficie que nos va a recibir
ni en la parte de nuestro cuerpo que pueda salir dañada
se salta con ganas y una vez en el aire todo se olvida.

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